martes, 18 de diciembre de 2012

El milagro de Norwich

La primera (y única) vez que he tenido contacto directo con la afición del Norwich City, fue en un vagón de metro. En realidad, viajar en metro por Londres un sábado por la tarde (en Inglaterra, un sábado a la 13:30 ya es por la tarde), significa respirar fútbol. Da igual que te subas en Picadilly Circus o en Leicester Square, los más o los menos, habrá gente con la bufanda del Tottenham, del QPR, del Arsenal o del Chelsea (y por supuesto, con las de sus rivales). Alguno encontrarás, porque alguno de los muchos clubes londinenses, ese sábado, jugará en casa. Yo me monté en King's Cross St.Pancras, y ya, antes de buscar mi andén, me había cruzado con bastantes simpatizantes del Nottingham Forest, que se movían al sur de la ciudad porque esa misma tarde tenían partido de Championship contra el Crystal Palace. Yo iba dirección a la estación de Putney Bridge, al suroeste de la ciudad. El destino era Craven Cottage, para ver un Fulham - Norwich City. No sé si por las circunstancias que les permitían disfrutar de un momento impensable un par de años atrás, o por el colorido de sus camisetas y bufandas amarillas, pero los aficionados de los canarios transmitían algo especial. Aquel trayecto siempre lo recordaré por los cánticos a Gran Holt, Paul Lambert, y algo que aún no he conseguido descifrar pero que debían ser recordatorios calientes hacia el Ipswich Town. Fútbol en el metro, y sin pelota.

Una de las grandes señas de identidad del fútbol inglés son sus aficionados. Parece un tópico, pero la organización de cada partido está enfocada a que la grada luzca. Mi entrada en Craven Cottage estaba situada en Hammersmith End, la grada de fondo desde donde salen más gritos de apoyo al Fulham. Los aficionados del Norwich quedaban en en el fondo contrario, y más de la mitad de aquel fondo lucía un brillante color amarillo. Por esto cada partido de fútbol ingés es especial. La afición visitante tiene un sitio vip y un gran número de entradas, así que por momentos, un simple Fulham - Norwich de Premier League, da la sensación de ser una final. Un simple acercamiento del Norwich despertaba un fuerte griterío entre su afición, a lo que los aficionados del Fulham contestaban con aún más entusiasmo. Nunca se me olvidará, a mi lado, un tipo de unos 60, cabeza rapada, cruz a modo de pendiente en su oreja derecha, y mirada penetrante a la afición del Norwich mientras gritaba con voz ronca y peculiar acento británico: "Come on Fulham! Come on Fulham!" No quiero decir con esto que Hammersmith End no respondiera así semana tras semana, pero mi sensación, desde una perspectiva neutral, es que aquellos aficionados del Norwich disfrutaban del momento con una ilusión especial. La que les otorgaba la sensación de estar viviendo algo inesperado.


Espacio para los aficionados canaries en aquel Fulham-Norwich

Porque el Norwich City, a pesar de haber logrado un meritorio tercer puesto en el año de inauguración de la Premier League, en la temporada 1992/1993, vivía un pasado reciente en los estratos inferiores del fútbol inglés. Paul Lambert, el hombre clave en este repentino cambio de realidad, llegó al club en agosto de 2009, y lo hizo en unas circunstancias muy difíciles. El Norwich acababa de descender a la League 1, y en su banquillo se mantenía Bryan Gunn, que había llegado al club en sustitución de Glenn Roeder en enero de la temporada 2008/2009 para tratar de salvar la categoría. No lo consiguió, aunque la directiva le mantuvo en el puesto, en el que duró tres jornadas en la tercera categoría del fútbol inglés. El primer partido en League 1 fue un bochorno. El Norwich perdió 1-7 frente al Colchester, lo que suponía la mayor derrota en la historia del equipo como local, superando un récord que estaba vigente desde 1946. Dos jornadas después, Gunn fue despedido, y llegó Paul Lambert. Desde entonces, todo cambió. Lambert consiguió esa misma temporada el ascenso a Championship como campeón, y el siguiente el ascenso a la Premier League tras lograr el 2º puesto en la tabla. Una evolución fulgurante que les situaba como principales candidatos al descenso el pasado curso, algo que acabarían esquivando con la inesperada ventaja de 11 puntos sobre el Bolton, 18º clasificado. 

Los milagros de Lambert no pasaron desapercibidos para un club histórico, aunque en este momento esté en horas bajas, como el Aston Villa, que le fichó este verano. El Norwich afrontaba, por lo tanto, un reto considerable. Se marchaba del club el que había sido el artífice principal del éxito reciente en la evolución del equipo. La tarea fue encomendada a Chris Hughton. Hughton llegaba tras haber clasificado al Binrmingham City para el play off de ascenso a la Premier League la pasada temporada, aunque en las semifinales perdería frente al Blackpool. Sin embargo, su pasado reciente como entrenador tiene un momento más sonado, que fue su destitución del Newcastle United. Las urracas estaban haciendo una temporada decente y la crítica era bastante favorable con ellos, pero para Derek Llambias y Mike Ashley aquello no fue suficiente. Hughton fue despedido, a pesar de las críticas en torno a la decisión de leyendas del club como Alan Shearer, o ex futbolistas de la entidad como Sol Campbell, y al Newcastle llegaría Alan Pardew. Nadie recordó a Hughton porque el Newcastle terminó la temporada peleando por entrar en la Liga de Campeones y obteniendo billete para la Europa League, pero la sensación es que a Hughton no le habían dejado terminar su trabajo. Sin embargo, el destino le ha dado otra oportunidad muy pronto en la Premier League, y la está aprovechando con creces al frente de este Norwich City. 

Los canarios se sitúan, cuando casi llegamos a la mitad de la temporada, en un meritorio octavo puesto. Pero desde luego, lo más sorprendente, es su racha reciente. Llevan 10 partidos consecutivos de Premier League sin conocer la derrota, donde han logrado 6 victorias y 4 empates. Por añadir más datos relevantes, sin duda hay que destacar que de esas 6 victorias, 3 han sido frente a Arsenal, Tottenham y Manchester United. Hughton ha mantenido algunas bases del esquema tipo de Lambert durante el pasado curso, pero ha añadido algunos recursos que merece la pena destacar. El Norwich juega habitualmente con un 4-4-1-1 (el año pasado Morison tenía más protagonismo y veíamos en muchas ocasiones un doble 9), aunque lo más interesante es conocer cuales son los puntos fuertes del equipo.

1. La llegada de Bassong

El ya internacional camerunés está siendo uno de los artífices del éxito. Se adapta perfectamente a los dos recursos que está utilizando el equipo. Cuando la presión es alta, es bastante eficaz para cubrir largas distancias en campo abierto, y en la defensa posicional está mostrando buenos recursos en anticipación y defensa de centros laterales. Con continuidad y confianza, se está destapando como un central correcto, algo que parecía complicado viendo algunas de sus actuaciones en el Tottenham. 

2. La dupla Tettey - Bradley Johnson

Desde la llegada del ghanés, aunque internacional con noruega, el equipo se ha mostrado más agresivo y compacto. Un buen complemento para Bradley Johsnon, que es más dinámico y tiene más capacidad asociativa y llegada al área rival. Tettey es capaz de robar a buena altura, ganar segundas jugadas y mantiene agresividad defensiva en campo propio. Hughton ha encontrado un medio campo de perfil medio pero muy complementario, que no se complica y que es eficaz.

3. Snodgrass-Hoolahan-Pilkington

La referencia en la transición ofensiva en los carriles exteriores y central. Los hombres de banda aportan cosas diferentes. Snodgrass, que ha llegado este año del Leeds United, es zurdo, aunque juega en derecha. Ofrece una recepción lateral donde el equipo hace una pausa, y puede empezar a atacar en posicional. Tiene un registro más calmado y eso ayuda a darle otra cara al equipo, además de su brutal aportación a balón parado. Pilkington, por su parte, es más dinámico y agresivo. En el otro perfil busca romper al espacio, y tiene buen pie para centrar. El hecho de manejar bien las dos piernas le permite también poder romper hacia dentro. Ahí Hughton encontró equilibrio: un lado derecho más pausado y un izquierdo más profundo. En medio de todo, Hoolahan. Lambert ya lo juntó con Morison y Holt el año pasado, pero claro, el panorama para brillar no era igual que este, donde juega absolutamente liberado detrás de un sólo punta. Fantástico manejo de pelota, se aprovecha de la pausa de Snodgrass para asociarse con él y fabricar en la frontal. Tres hombres que tienen buen nivel aún con su poco nombre que ayudan al Norwich a atacar de varias formas.

3. Grant Holt, el ídolo

Si decíamos que los tres hombres de 3/4 ofrecían recursos para atacar de diferentes formas, Holt es que apuntilla esta teoría para que el equipo pueda salir de presiones agresivas y jugar directo. Es uno de los mejores delanteros de la Premier recibiendo balones directos y jugando de espaldas. A partir de ahí, recepciones de cara para Snodgrass o Hoolahan o aprovechamiento de sus espacios por parte de Pilkington. Dentro del área, además, es buen rematador. La realidad es que sería imposible imaginarse al actual Norwich sin un protagonismo absoluto de Grant Holt. Como Lambert, llegó al club en 2009 y fue protagonista principal en ambos ascensos. 

Veremos hasta dónde es capaz de llegar este Norwich City de Chris Hughton, aunque lo cierto es que no sufrir por descender ya sería un triunfo. Desde luego, la temporada es larga y el objetivo sigue siendo ese, pero viendo su rendimiento continuado en un tramo importante del curso hace pensar que acabarán logrando mantener la categoría. Desde luego, no me extraña que aquellos aficionados del Norwich me transmitieran esa pasión y alegría. Están viviendo un milagro.