Cuando el 25 de mayo de 2011, Marko Reus hizo explotar a toda la hinchada del Borussia Mönchengladbach, nadie podía imaginar la situación que el club iba a estar viviendo hoy en día. Los potros se jugaban la continuidad en 1.Bundesliga ante el Vfl Bochum, y llegaban al partido de vuelta en el rewirpowerSTADION con un escueto 1-0 como ventaja, obtenido 5 días antes en feudo propio. Un autogol de Nordtveit ponía al equipo de Favre contra las cuerdas, pero ese tanto del incipiente genio de Dortmund para empatar el choque, sellaría la permanencia del histórico club de la Renania del Norte-Westfalia en la primera categoría del fútbol alemán.
10 meses después, el panorama ha cambiado hasta tal punto, que se ha llegado a considerar varios meses al Gladbach candidato al título, y quizá haya sido esta misma semana cuando se han puesto los pies en el suelo tras la derrota por 1-0 en Nuremberg, que dejaba a los de Favre a 8 puntos de la cabeza. Es un hecho que la plantilla es corta, y que en el momento en que se produce la baja de algún jugador clave el equipo se resiente sobremanera, como ha sido el caso de las dos últimas semanas con la ausencia de Patrick Herrmann, una de las explosiones más agradables quizá no solo dentro del fútbol alemán, si no también de a nivel Europeo.
El esquema habitual con Herrmann estaba siendo un 4-2-3-1, donde él ocupaba la banda derecha y Arango la izquierda, produciendo una amplitud clave para que la gran estrella de este equipo, Marko Reus, mostrase su mejor versión por dentro. Con ese módulo cada fase del juego tenía un funcionamiento muy preciso. Podríamos distinguir cuatro líneas que se ajustan perfectamente a las características de los futbolistas, tanto en la intención de producir vértigo con despliegues muy rápidos, como ante la opción de establecerse en campo contrario y generar ataques estáticos. La fase de inicio suele ser bastante limpia gracias a la capacidad de Dante para batir líneas con pases ventajosos, ayudado por las buenas recepciones de Nordtveit y Neustädter, cuya cercanía con la línea defensiva no supone ningún problema en el 4-2-3-1, ya que la línea de mediapuntas da soluciones también bastante cerca. En ese momento el Gladbach es capaz de activar el circuito de circulación y hacer transitar al equipo de manera más pausada, o producir una brutal cantidad de rupturas gracias a las características de Herrmann, Reus y también, aunque en menor medida, Arango (ya que el venezolano es más productivo en ataque estático). Es decir, el 4-2-3-1 brinda, ante todo, una continuidad tremenda en el juego cuando se tiene posesión, y además le ofrece la posibilidad de atacar en varios registros.
La baja por lesión de Herrmann ha destapado el problema de la profundidad de plantilla. El hecho de que faltase un eslabón en la cadena ha obligado a Favre a cambiar el esquema, planteándose una serie de inconvenientes. El 4-4-2 hace que entre De Camargo en el lugar de Herrmann, deshaciendo de un plumazo las recepciones continuas que el equipo puede ofrecer entre líneas a diferentes alturas. En primer lugar, la pareja de mediocentros parte al equipo cuando se acerca para iniciar jugada, puesto que en caso de poder girar o ante la posibilidad de que los centrales traten de buscar una figura más adelantada, no la descubren puesto que no está Reus en su mejor rol, y De Camargo - Hanke no son puntas que se descuelguen para producir en la posición de '10'. En el caso de que sean Reus o Arango los que traten de ofrecer esa recepción, el equipo se estrecha y se produce un embudo ante el que esa posesión interior resulta improductiva, ya que el rival tiene fácil encimarles puesto que no hay nadie fijando por fuera. Por tanto, es complicado iniciar ataque estático, pero es que también, es complicado desplegar con el mismo vértigo que con el 4-2-3-1. De Camargo y Hanke no ofrecen continuidad descolgándose y descargando o girando, ni son puntas que ataquen el espacio con autoridad. Esto es un problema para que el equipo corra, puesto que Reus y Arango se encuentran más bien con un muro que forman sus delanteros, en lugar de una ayuda para producir contragolpes.
Tal fue la necesidad que vio Favre ante el Nürnberg, que decidió durante más de media hora tirar a Hanke a la banda para meter a Reus por dentro. Pero la diferencia entre Herrmann y Hanke para ese puesto es tremenda, ya que el habitual '9' no ofrece rupturas con la misma continuidad, no tiene la facilidad para conducir y estirar al rival, y en definitiva, es un jugador cuyas características no se adaptan en ningún caso al rol de un extremo o volante. Una falta de profundidad de plantilla que han costado puntos las últimas semanas, y veremos si sigue ocurriendo, puesto que Herrmann aun estará ausente durante más de un mes. Será interesante observar como va a enfocar este asunto el técnico suizo, puesto que ya en el último partidos, dio síntomas de querer solucionar el problema, pero se encontró sin recursos para hacerlo. La cita, el próximo sábado a las 15:30, en casa, y ante el Friburgo.
Buen blog, me he hecho seguidor de tu blog, hazte si quieres tambien del mio y asi nos seguimos.
ResponderEliminarUn saludo.