No cabe duda de que el peso futbolístico de la Regione Liguria se centra en su capital, Génova. Allí, dos históricos del fútbol italiano pelean por la supremacía regional. El Genoa Cricket & Football Club posee el documento de fundación más antiguo del calcio, (hace unos días cumplió 119 años), y ha ganado hasta 9 veces el Scudetto. La Sampdoria, por su parte, ganador de un Scudetto, Copas de Italia, Recopa de Europa o subcampeón de la Copa de Europa. Sin duda hablamos de dos equipos de muchísima tradición dentro del fútbol italiano. Por supuesto, para que esa hegemonía en la Liguria desaparezca deberán pasar muchos años, y que alguno de los equipos vecinos menos populares consigan un salto cualitativo probablemente hoy inimaginable. Sin embargo, otro club centenario del Calcio, la Spezia, está viviendo un dulce sueño durante el último lustro, y por expectativas, amenaza con colarse de manera continuada en los telediarios regionales, robándole protagonismo a sus dos hermanos mayores.
La Spezia es una provincia italiana de la Liguria de unos 225.000 habitantes, de clima mediterráneo, y donde el mar es un elemento fundamental (70 kilómetros de costa). Se trata de un buen reclamo turístico, también por su patrimonio histórico, pero que en términos deportivos no ha tenido grandes alegrías (al margen del idolatrado ciclista Alessandro Petacchi o el campeón del mundo de motociclismo Marco Lucchinelli). Su club de fútbol, la Spezia Calcio, ha participado cuatro veces en la Serie A (cuando se conocía como Prima Categoria) entre 1921 y 1925, y ganó un Campionato Alta Italia en 1944. Dicho torneo no tiene la categoría de Scudetto, si no más bien de trofeo honorífico, que se disputaba mientras sucedía la II Guerra Mundial. Desde entonces, la Spezia ha penado por los estratos inferiores del fútbol italiano, habiendo incluso participado en más ocasiones en Serie C que en Serie B, a donde ha regresado esta temporada.
Pero sin duda, el acontecimiento que puede cambiar el curso de la historia de este tradicional club ligur sucedió en el año 2008. La temporada 2007/2008 fue muy dura. Todo un año de graves problemas financieros que provocó que los mejores futbolistas salieran en enero, y después, los que quedaron, jugaron muchos meses sin cobrar. Por si fuera poco, el equipo acabó la temporada descendiendo a la Serie C1. Los aficionados se movilizaron durante el año, con contribuciones personales, pero al final de la temporada no encontraron ningún inversor, así que el club se declaró en quiebra y hubo que empezar desde cero. En julio de 2008 el club se refunda, conservando los méritos deportivos de la anterior escuadra. Es entonces cuando un empresario nacido en Recco, provincia de Génova y próximo a la Spezia, compra el club. Su nombre es Gabriele Volpi y, aunque es un personaje bastante famoso en la Liguria, no se puede decir que sea muy conocido en el resto del país.
Volpi comenzó a amasar su fortuna en el año 1973. Fue entonces cuando empezó a trabajar en Nigeria y Angola, y a estudiar la posibilidad de trabajar en la explotación petrolífera. En el 81 comenzó a tratar con las autoridades nigerianas, y en base a sus estudios científicos les propuso mejorías en este campo. En los 80, las extracciones petrolíferas nigerianas se hacían a 300 metros de la costa, pero a raíz de la participación de Volpi se llegan a hacer a 3000 metros. Así, consiguió tener protagonismo en puertos petrolíferos clave en Lagos, Port Harcourt, Warry y Calabar. De este modo, su empresa (Intels), consiguió crecer tanto. Gracias a su intuición para la extracción de petróleo y a la buena forma de desarrollarlo, experimentó una evolución brutal desde 1993 hasta el día de hoy. Haber conseguido tal éxito (la empresa ahora mismo cuenta con unos 15.000 empleados), unido a algún otro detalle de su vida empresarial, ha creado bastantes suspicacias en la Liguria, hasta el punto de ser un hombre bastante atacado desde algunos sectores.
En primer lugar, un proyecto inmobiliario en Santa Margherita Ligure de una de sus empresas afiliadas ha desatado las iras de parte la población, que lo considera una profanación de la costa liguria. Principalmente, a raíz de aquello, se ha ido relacionando a Volpi con sucesos fraudulentos, aunque nada ha sido probado, y a lo que él mismo califica de "estúpidos rumores". Por ejemplo, la de una posible relación con Gianpiero Fiorani, involucrado en los casos Parmalat y Bancopoli, aunque él la da por terminada, indicando conocer al banquero en época de juventud, y debido a su pasión mutua por el waterpolo. Para colmo, en los círculos genoveses se le ha tachado incluso de traficante de armas. En resumen, muchos rumores a los que Gabriele Volpi echa la culpa de coger peso por su escasa vida social en Italia. Comenta que sus compromisos laborales no le permiten hacer frente a tanta palabrería, pero que no descarta que si se sigue difamando de esta manera, comience a emprender acciones legales contra los culpables.
Quizá, parte de esos rumores, fuesen germinados después de sus inversiones deportivas, sorprendiendo que un empresario que marchó a África sin nada, pueda hoy tener un peso importante en clubes profesionales. Su gran pasión es el waterpolo, por eso compró en 2004 el Pro Recco, club de waterpolo de su ciudad natal y de gran nivel en Italia. Cuatro años después, decidió acudir en la ayuda de la Spezia Calcio, un club con mucho menos éxito en fútbol de lo que tenía el Pro Recco en waterpolo, pero de una gran tradición (nació en 1906), y que pasaba por un momento muy duro. Como él mismo comenta, sus inversiones y trabajo no le permiten disfrutar de la gestión de los clubes deportivos (en el Pro Recco es su hijo Simone el presidente en funciones, mientras que su hermano Matteo es quien ejerce este cargo en la Spezia), pero considera que en esta etapa de su vida, ya alcanzada la madurez, era el momento de ofrecerle al lugar que le vio nacer y crecer parte de su éxito.
Así que, de esta forma, nace un proyecto muy ilusionante para los seguidores de la Spezia, que ya ha ido recogiendo sus frutos desde esa fecha clave de julio de 2008. Tres ascensos en cuatro años para llegar hasta la Serie B, donde es señalado por todos los expertos como uno de los principales candidatos al ascenso. Con Michele Serena en el banquillo, el equipo consiguió el último ascenso, y en su mano está esta nueva y potente plantilla que el proyecto Volpi ha diseñado para él. El comienzo es, sin duda, esperanzador (2 victorias en 3 partidos para un recién ascendido), y las alternativas con los efectivos a su disposición son muchas y de buen nivel.
Las dos opciones que hemos visto en este arranque de temporada, han sido el 4-2-3-1 y el 4-4-2 con rombo estrecho. Han llegado tantos refuerzos que cualquiera de las dos opciones es de gran nivel dependiendo del contexto. En defensa, la llegada de Garofalo activa también el perfil izquierdo, ya que tanto él como Madonna son dos futbolistas muy profundos y capaces de sumar mucho en campo contrario. Para el medio campo, las opciones son múltiples. La lógica dice que los minutos han de repartirse entre Bovo, Sammarco y Porcari (tres futbolistas de gran experiencia y con minutos en Serie A), aunque no es descartable que un prometedor Crisetig vaya acumulando partidos en la posición de interior, sin olvidar el rigor de Mandorlini, que puede entrar para equilibrar ciertas situaciones. Di Gennaro es de un perfil diferente, para sumar en 3/4. Un canterano del AC Milan que en su día prometía mucho, y que a sus 24 años parece un poco estancado. Un gran año pasado en el Modena, y una zurda exquisita aún pueden tener su tiempo tras la fortuna de haberse cruzado en el camino de esta Spezia. Arriba, la llegada de Sansovini (uno de los héroes del ascenso del Pescara el año pasado con Zeman), ha llegado y ya es héroe de la afición, sus 4 goles en 3 partidos le abalan, mientras que la llegada a última hora de Antenucci significa un refuerzo de mucho nivel, calidad y otro perfil de segundo punta. Okaka, otro prometedor delantero que no cuajó en la AS Roma, tendrá una oportunidad de oro, un estilo de punta móvil y profundo que encontrará alternativa en Pichlmann, el ex del Verona, un 9 de área para desatascar situaciones concretas.
La realidad de la Spezia es que se encuentra con una plantilla que, por nivel, está sobradamente capacitada para pelear el ascenso, y con una situación financiera que era absolutamente impensable hace un lustro. El momento que vive el club invita a soñar en un salto a la máxima categoría del fútbol italiano, donde, si todo sigue su curso, habría recursos de sobra para mantenerse y buscar establecerse en la élite del Calcio. Un nuevo rico empieza a enseñar los dientes en los escalones inferiores del fútbol italiano: La Spezia Calcio.
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