Luca Toni (Foto: listal.com) |
Era el 2 de junio de 2012 y la tragedia tiñó el hogar de los Toni. Luca regresó a su Modena natal procedente de Dubai, donde solo unos días antes había jugado el que iba a ser su último partido con el Al-Nasr, en una aventura que de antemano parecía estar destinada a un cómodo final futbolístico. El motivo del regreso fue que Marta Cecchetto, su esposa, debía dar a luz al que iba a ser primer hijo de la pareja. La cesárea se practicó finalmente en Turín, como consecuencia de los terremotos producidos en la Emilia-Romagna durante esos días, que no garantizaban la seguridad necesaria. El día comenzó con el molesto traslado y acabó en trágica pesadilla. El pequeño nació muerto, y, como el propio Toni dijo escuetamente a los medios, "el que debía ser el día más feliz de mi vida se ha convertido en el peor de todos".
Luca Toni rescindió ese mismo mes, de mutuo acuerdo, su contrato con los árabes, y en los días posteriores su continuidad como futbolista se tambaleó seriamente. Sin equipo, con 35 años recién cumplidos, y colapsado por su drama familiar, Luca le dijo a Marta que iba a dejar el fútbol. Sin embargo, fue su propia esposa la que, como el mismo futbolista ha reconocido, le animó a continuar. Era el momento de levantarse y Manuel Montipò, representante del futbolista, puso la maquinaria en marcha. Lo ofreció a muchos niveles del fútbol europeo, incluso a la segunda división del fútbol español, pero la realidad económica del momento, sumada a la pérdida de popularidad y edad del futbolista, hicieron que fuese imposible alcanzar acuerdo alguno. Pero un giro del destino cambió la situación en el último momento.
Era el último día de mercado y la Fiorentina andaba buscando un delantero. Había llegado el marroquí El Hamdaoui procedente del Ajax, y, por supuesto, en plantilla se contaba con Stevan Jovetic, pero Daniele Pradè, nuevo director deportivo de la viola tras la marcha de Pantaleo Corvino, andaba buscando un perfil más referencia para la posición de nueve. Y consiguió un acuerdo que, teniendo en cuenta la situación de la Fiorentina hace apenas año y medio -en el curso anterior el equipo se salvó del descenso en las últimas jornadas-, era más que ilusionante. Dimitar Berbatov había dado el sí, y viajaba a Firenze para firmar el acuerdo. En esas, cosas de representantes, móviles y demás menesteres, la Juventus se metió por medio, en una situación que acabó con el búlgaro de regreso a Inglaterra, destino Londres para firmar con el Fulham.
Pradè se había quedado, a escasas horas del cierre de mercado, sin su delantero, y buscó alternativas para satisfacer al nuevo míster, Vincenzo Montella. La noticia, por inesperada, cayó como un rayo en los medios italianos y redes sociales: Luca Toni iba a vestir durante una temporada la camiseta que le había catapultado al primer plano internacional. La curva Fiesole, en el Artemio Franchi, recibió con los brazos abiertos a su antiguo ídolo, y el ex bota de oro en la toscana respondió con una cifra de goles realmente sorprendente, sobre todo teniendo en cuenta su situación por vox pópuli, -futbolista prácticamente en el retiro-. 8 goles en la Serie A que ayudaron a la Fiorentina a pelear por los puestos Champions hasta la última jornada. Luca pudo redimirse del drama familiar ante los ojos de una afición que le alentaba y admiraba.
La llegada de Mario Gomez a Firenze resultó ser, por razones obvias, la puerta de salida de Luca, pero la situación había cambiado drásticamente, en términos de imagen popular, con respecto a hacía 12 meses. Luca seguía siendo un 9 útil, y para un entrenador inteligente como Andrea Mandorlini ese era un caramelo difícil de dejar escapar. El mítico Hellas Verona regresaba a la Serie A más de una década después, y ahora mismo, a una semana de alcanzar la mitad de curso, ya es sin discusión el equipo revelación del fútbol italiano. 32 puntos, ocupa posiciones de Europa League, y su experimentado 9 lleva hasta el momento, 9 goles y 9 asistencias en la competición. Cifras, desde luego, muy alejadas de un futbolista retirado.
Luca siempre ha sorprendido, ha hecho cosas que parecían imposibles. De ser uno de los muchos "nueves de barro" de las catacumbas del calcio, a ser poco después bota de oro europea con la Fiorentina y campeón del mundo con la selección italiana. De nueve de barro a estrella televisiva, ya como delantero del Bayern Munich. De estar en el fango hace un año a correr por el césped del Bentegodi mirando a su esposa Marta tras celebrar un gol, dedicado a una pequeña que nació hace cinco meses, llamada Bianca y que crece sana. Luca Toni, sempre avanti.
S'è svegliato Toni! É Arrivato Toni! (Caressa 2006)
ResponderEliminarMe parece increible lo de Toni, y el Verona me encanta con Iturbe Jorginho y si Cirigliano sumaria cositas seria aun mejor. El ex libero del Inter Mandorlini tiene que ver mucho en todo eso.
ResponderEliminarMandorlini ha hecho un fenomenal trabajo en el Hellas, y la dirección deportiva este verano, sumado a ese buen trabajo, está dando fenomenales resultados.
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