Jugó el Manchester United uno de sus mejores partidos de la temporada, y le ganó 3-0 a un Tottenham que no tuvo respuesta en ningún momento. Van Gaal viene cambiando de forma regular los onces y la disposición de sus futbolistas, y frente a los Spurs encontró un sistema compensado, que le permitió atacar mucho, de formas distintas, y controlar realmente bien la transición ofensiva de su rival. Lo que vimos frente al Tottenham fue un 4-3-3, por situarlo sobre una pizarra, y el equipo logró una serie de comportamientos realmente relevantes, que le llevaron a dominar con muchísima solvencia el partido, cuajando un primer tiempo de gran nivel.
Una de las grandes preocupaciones para Van Gaal esta temporada ha estado en la salida de balón. El técnico holandés ha intentado salir en corto, avanzar a través de combinaciones y juntar al equipo en campo rival gracias a una salida limpia. Pero en ningún momento lo ha conseguido, principalmente porque los jugadores encargados de dar esos primeros pases (Smalling, Phil Jones, Evans o Marcos Rojo) son muy poco precisos en ese sentido. De hecho, en este partido contra el Tottenham ya vimos en los primeros dos minutos dos malas entregas de Phil Jones, una de ellas acabó en un córner en contra en el que Harry Kane, sin querer, le quitó un remate franco a Vertonghen que hubiese significado el 0-1.
La solución a este problema está siendo Fellaini. De Gea, que es muy preciso enviando el balón en largo, salía sobre el gigante belga, que en ese perfil izquierdo, bien la bajaba, para que el equipo pudiera seguir jugando en campo rival, o bien la prolongaba, para que Ashley Young recibiese en ventaja, y este, con una conducción rápida y vertical pudiese encontrar profundidad en esa banda zurda. Esa era la primera idea del Manchester United a la hora de ganar metros: buscar a Fellaini y avanzar en la banda izquierda. En caso de no ser posible, el equipo tenía en Carrick el eje que hacía cambiar la dirección de los ataques. El internacional inglés era siempre un apoyo de calidad para jugar de cara, y en la banda derecha, el Manchester United lograba también avanzar hacia la portería de Hugo Lloris.
En ese sector derecho, el equipo de van Gaal juntaba a Juan Mata -que partía de posición de extremo derecho, pero siempre con tendencia interior- y a Ander Herrera. Los dos españoles guardaban la pelota, combinaban y le daban tiempo a Valencia para que ganase metros desde la posición de lateral derecho. Cuando el ecuatoriano recibía cerca de la línea de fondo, tenía la opción de sacar un centro al área, donde estaba Rooney -el delantero centro- pero también -y ahí estaba el gran peligro- Fellaini, que desde esa posición de interior izquierdo atacaba ese posible centro viendo toda la portería.
La tercera opción era directamente Wayne Rooney. La gran estrella del equipo participó menos que en otras ocasiones en la circulación de la pelota -lógicamente, al jugar muchos metros más adelantado- pero sí lo hizo en el juego, dando opciones a sus compañeros con trazos más verticales, caídas a banda y movimientos a los espacios. El capitán, además, marcó un gran gol (el 3-0) gracias a una conducción llena de potencia.
Toda esta buena estructura ofensiva que vimos en el Manchester United quedó equilibrada de forma muy precisa. En primer lugar, la figura de Carrick. Con él en el campo, el equipo no solo tiene nominalmente un futbolista más por detrás de la pelota, si no que lo tiene siempre bien posicionado. Su gran lectura le permite estar bien orientado para evitar que el rival contragolpee. Otro factor a mencionar en este aspecto fue el comportamiento de Daley Blind. Valencia se desplegaba, pero el holandés era un apoyo en corto -dio varias buenas salidas, como el pase a Carrick previo al 1-0-, y además, otro activo en la transición defensiva. Y por último, la pareja Smalling-Jones. Si bien es cierto que tienen problemas en la salida de balón, si el equipo defiende con la línea arriba, tienen zancada, elasticidad y potencia como para hacer buenas anticipaciones a muchos metros de la portería de de Gea.
En definitiva, el partido frente al Tottenham dejó al Manchester United más equilibrado de lo visto hasta hora en la etapa de Louis van Gaal, y la gran pregunta ahora es si seguiremos viendo una idea similar, teniendo en cuenta que en las próximas fechas el técnico holandés recuperará pesos pesados como Ángel Di María o Robin van Persie.
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