Michael Owen se retiró este verano, después de su sorprendente y esporádico paso por el Stoke City, y desde entonces se ha dejado ver en diversos medios de comunicación. Podemos leerle con cierta regularidad en The Telegraph, aunque donde más se está explayando es en su blog insertado en Sportlobster. Sportlobster es una red social donde además de interactuar con los usuarios, existen más servicios, uno de ellos, el de escribir artículos completos. En el último que ha dejado Owen hubo algunas críticas relevantes, aunque la aseveración que quizá más revuelo ha causado iba relacionada con uno de sus ex clubes: "Fellaini puede hacerlo bien en determinados equipos, pero no creo que sea un jugador del nivel del Manchester United". Diversos medios británicos se hicieron eco de la noticia, y la aportación -prácticamente nula- hasta el momento del belga, ha abierto el debate.
Hasta el momento, los números no engañan. Fellaini ha jugado cuatro veces de titular con el Manchester United en Premier League, y el balance es desolador: dos empates (Cardiff y Southampton) y dos derrotas (Manchester City y Everton). En la UEFA Champions League tampoco ha tenido una participación esperanzadora: tres titularidades, una victoria (contra el Bayer Leverkusen), y dos empates (Shakhtar Donetks y Real Sociedad). Los datos, tan desfavorables para el futbolista belga, la forma y el precio de su fichaje -llegó el último día de mercado, lo que podría dar pie al pensamiento de que David Moyes prefirió traerle a él a quedarse sin nada-, y unas características que parecen estar lejos de lo que el equipo necesita en la zona ancha han abierto la corriente de opinión de "fichaje bluff". Sin embargo, parece sorprendente que un jugador tan decisivo con el propio Moyes durante el pasado curso, y pieza angular del medio campo de una selección belga que llega al mundial Brasil como una de las grandes esperanzas, vaya a quedar en juguete roto.
Merece la pena analizar qué ofreció y qué ofrece Fellaini tanto en su pasada campaña en el Everton, como con la selección belga, para poder ofrecer argumentos a su falta de aclimitación tras su llegada a Manchester.
Los roles son distintos, aunque Wilmots, en la selección belga, ha variado el dibujo de un pivote y dos interiores, con el de doble pivote, donde Fellaini ha quedado más liberado (como en la imagen del Everton). El pasado año, en su etapa toffee, Fellaini ha ejercido de segundo punta en muchas fases de los partidos. Ganó juego directo, produjo segundas jugadas, y alcanzó la potentísima cifra de 11 goles en la Premier League. No tenía una responsabildad defensiva de primer orden, y sus movimientos verticales para pisar área quedaban perfectamente protegidos por Osman y Neville (Gibson en el tramo final de temporada). En un rol como este, Fellaini lució. En cuanto a la selección belga, el 4-3-3 parece diseñado a su medida. Le permite relacionarse con la elaboración de la jugada (una virtud completamente infravalorada en su juego), y además le libera para llegar a zona de remate si es necesario. La posición de interior, con respecto a la de enganche o segunda punta, le permite además jugar más veces de cara, algo que, y a pesar de que cuando el gigante belga choca de espaldas siempre puede sacar algo productivo, es el "abc" del fútbol: quedar mirando a la portería rival.
Fellaini es un futbolista de fenomenal tacto para abrir líneas de pase y dar facilidades al poseedor, tiene un primer toque y una técnica de pase fabulosa -aunque no arriesgue demasiado-, lo que le hace un activo importante en las fases de ataque posicional. Es decir, asegura la pelota y es capaz de agilizar la circulación. Estas son virtudes que en un rol como el que tenía en el Everton es más complicado explotar.
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La imagen anterior corresponde a los datos de Fellaini, en el Everton, durante la temporada 2012/2013, donde casi siempre jugó como mediapunta o segundo delantero. 79% de acierto en el pase, donde la marca azul representa "pases en general". Es decir, ni pases largos, ni al hueco, ni centros, ni cabezazos, y que explica en cierto modo la forma de jugar del belga. Él es un jugador horizontal, de posesión de balón. En la derecha, otros datos significativos: siendo el segundo hombre más adelantado del equipo, cometió más faltas de las que recibió (63% - 37%), e intentó 41 regates de los que solo 18 fueron productivos (pocos intentos, y desde luego, poca productividad teniendo en cuenta el rol del que estamos hablando). ¿Justifican sus 11 goles estos datos, o Fellaini podría adaptarse a un modelo más acorde con sus características?
Particularmente, me niego a creer que un club como el Manchester United haga una inversión cercana a los 30 millones de euros el último día de mercado simplemente porque no hay nada mejor al alcance, y sí porque hay motivos futbolísticos de peso, y más en un jugador de la dimensión de Fellaini.
Sin embargo, resulta más complicado comprender las intenciones de Moyes con el futbolista, y es algo que solo el tiempo podrá esclarecer. Sus titularidades han sido en un doble pivote, pero esto hay que matizarlo y contextualizarlo. Carrick, Cleverley, e incluso Giggs, han sido sus acompañantes. Ninguno es un especialista defensivo, y aunque Carrick tenga un sentido más posicional, desde luego no estamos hablando de un recuperador. Por un lado, está este factor, por otro, el resto de la composición de medio campo. Por lo general -salvo en el partido contra el Everton-, los dos hombres de banda han sido futbolistas de recepciones muy abiertas. Es decir, alejados de los centrocampistas interiores, y por tanto, alejando la posibilidad de ofrecer líneas de pase cercanas para que la pelota circule más, el ritmo sea más lento, y el partido esté más controlado. El modelo vertical -quizá por idiosincrasia de club, pero en gran parte por las alineaciones- perjudica el fútbol de Fellaini cuando este tiene que jugar en línea de medios. Además, cabe resaltar que sin Van Persie -al que aún le queda cerca de un mes de lesión-, Fellaini no ha sido utilizado, de momento, en una función como la vista en el Everton.
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La imagen anterior ofrece los datos de Fellaini esta temporada. La mejoría en el acierto de pase es evidente (88%), practicando, en su línea, un juego horizontal y pausado. Si comparamos su acierto en el pase con el de sus compañeros, le superan Ferdinand -en posición de más ventaja para reducir pérdidas-, y Büttner y Fabio -que han jugado solamente un partido de liga cada uno en lo que va de temporada-. Solo Cleverley le mejora en esta faceta. El gran interrogante con respecto a la llegada de Fellaini a Old Trafford tiene que ver con el modelo de juego y su adaptación a este. Desde luego, las sensaciones son que, para que el belga funcione, si se pretende que sea cerca de la base de la jugada, deben multiplicarse los receptores y que esto facilite el hecho de agruparse para poder defender, ya que ni Fellaini, ni Cleverley, ni Kagawa o Rooney -jugadores perfectamente adaptables a un modelo de este tipo- son especialistas defensivos. Llegados a este punto se puede sacar una conclusión y, discrepando con Owen, creo que el problema no es del nivel del futbolista, si no de una mezcla que no cuaja. Por el momento, Maroune Fellaini camina por el precipicio, y, de no cambiar aspectos básicos en el día a día del Manchester United, parece condenado a caerse.
Gran artículo, las gráficas ayudan a explicar sus posiciones en el campo y su rol, que no es el que se puede pensar a simple vista, pero la cuestión sería ¿si Moyes ya le tuvo el año pasado, no sabe esto? Un saludo David.
ResponderEliminarCreo que precisamente el hecho de que Moyes lo tuviera el año pasado, explica su fichaje y la intención de darle un rol diferente en este equipo. Es decir, Moyes sabe que Fellaini sabe hacer más cosas que bajar pelotazos. Creo que el principal problema es que no está dando con la tecla para meterle en un estilo que él ha tenido en su cabeza desde el principio, y que ese estilo sea equilibrado y por ende, de resultados.
EliminarUn saludo.