El fichaje de Mario Götze por el Bayern München hizo tambalear los cimientos del Signal Iduna Park. Su llegada, además, se anunció en un momento clave de la temporada, justo un día antes de que el Borussia Dortmund recibiese al Real Madrid en las semifinales de la Liga de Campeones 2012/2013. La grada no se cebó con su estrella, pero el ambiente estaba enrarecido; una de las piezas clave en los éxitos del equipo se marchaba al máximo rival del momento. Poco después el Bayern le ganaría al propio Dortmund la final de aquella Liga de Campeones, y pasado el verano Götze se pondría bajo las órdenes del recién llegado Pep Guardiola. Su primera en las filas del Bayern, la 2013/2014, tuvo más sombras que luces. Tuvo protagonismo en la consecución del título, aunque no terminó de lucir con continuidad, o al menos no tanto como se presuponía tras su fichaje, y la rotunda eliminación del equipo en semifinales de la Liga de Campeones a manos del Real Madrid tampoco ayudó a colorear su temporada.
El gol en la final del mundial le puso en todas las portadas de la prensa alemana, pero lo cierto es que ni en Brasil -donde fue suplente- ni en el arranque con el Bayern, Götze estaba terminando de mostrar su mejor cara, o al menos la que se le presuponía a una de las grandes estrellas emergentes del fútbol alemán, y a un fichaje que supuso un gasto importante para el club bávaro. En este arranque de temporada hemos visto a Götze en diferentes papeles, desde escorado a la izquierda en la última línea (Wofsburg o Schalke 04), como enganche más puro (frente a Stuttgart), o incluso metros más atrás, como interior izquierdo (frente al Manchester City en Liga de Campeones). Sin embargo, la mejor versión de Mario Götze ha llegado en los dos últimos partidos (frente a Paderborn y Köln), y en ambos choques hemos visto algunos matices colectivos que están ayudando a que el ex futbolista del Dortmund tenga más protagonismo.
Guardiola está poniendo en práctica un sistema en el que el medio campo lo ocupan Xabi Alonso como pivote y Lahm como interior derecho, quedando despejado el carril interior izquierdo.
Esa zona la están ocupando Alaba (frente al Paderborn fue lateral y frente al Köln central zurdo), Müller, que en ocasiones retrocede su posición para ofrecer opciones entre líneas, y sobre todo Götze, que tiene libertad para participar en la creación, pero también para llegar a zona de remate, o incluso escorarse para recibir en posición de extremo izquierdo, y allí aprovechar su regate. Hay que matizar que el lado de desborde es el derecho. El hombre clave es Robben, y Pep lo está clavando en banda diestra para que desde allí desequilibre. Además, le acerca a Lahm, que con Alonso está ofreciendo movimientos más verticales, bien en conducción o bien sin pelota. Lahm tiene una tremenda habilidad para doblar, tanto por dentro (muy útil si Robben está pegado a la banda), como por fuera (en caso de que el holandés esté más centrado). Eso provoca que el desequilibrio llegue en ese perfil gracias a uno u otro, por lo que tener a Müller y Götze volcados en la izquierda asegura poder atacar el lado débil del rival para rematar (ver gol de Götze contra el Köln) con dos hombres de tremendo acierto en la definición. Götze tiene gol, y este sistema le permite acercarse a él.
Pero eso ya lo sabíamos (sin lucir demasiado, alcanzó los 14 tantos la temporada pasada), y el reto para Guardiola era conseguir que tuviera peso en los circuitos de pase del equipo. Su capacidad técnica en recepción, orientación y conducción le hacen un valor tremendo para desordenar sistemas rivales. En otras palabras, Götze es, a nivel técnico, un futbolista que, potencialmente, puede ofrecer soluciones similares a las que llegó a alcanzar Andrés Iniesta en su Barcelona. Quizá en ese momento está la formación de Guardiola con él: intentar acercarle a los primeros pases sin alejarle de lo que su talento natural le permite hacer en el área y cerca de ella.
Con esa zona libre, Götze puede ir a ofrecer soluciones sin nadie que impida sus recepciones. Alonso, si debe cambiar el juego de banda (captura derecha), tendrá que servir a Götze si quiere arriesgar, o al lateral, si quiere hacer un pase más seguro. Es este el registro que el ex futbolista del Dortmund ha añadido a su juego en los dos últimos partidos. Es decir, ha mantenido apariciones en el área para rematar, o toques abierto sobre la izquierda para, desde allí, tratar de desbordar, pero ahora está dando muchos más pases y ofreciendo algún regate en zonas retrasadas, algo que sin duda le hará crecer como jugador, pero que además le dará mucho al equipo, porque el rival se comenzará a desordenar desde el comienzo de las acciones ofensivas.
En estas capturas (pases), a pesar de que la diferencia de calidad entre uno y otro rival era grande, se observa bien la influencia de Götze. Y, aunque es cierto que el Schalke 04 es rival fuerte, también lo es que el Bayern dejó la que había sido mejor media hora del equipo hasta los dos últimos encuentros. En ese partido contra el Schalke Götze jugó de extremo izquierdo en un 4-2-3-1, mientras que frente al Paderborn, hizo ese particular rol de interior izquierdo expuesto hasta ahora. La diferencia fue tremenda, con mucha más presencia en campo propio, y manteniendo la libertad ofensiva vista hasta el momento. Veremos qué sucede cuando Ribery comience a entrar con regularidad en los onces -esta idea parece bastante incompatible si el francés está en el campo-, pero hasta el momento Guardiola parece estar recuperando para la causa a un jugador con un talento inmenso, que no estaba terminando de mostrarse. Será uno de los alicientes de la temporada ver hasta dónde llega.
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