La derrota del Manchester United frente al Leicester City ha disparado las alarmas. Es cierto que el arranque de Louis van Gaal en Old Trafford ha sido, en líneas generales, muy negativo, pero también lo es que esas primeras derrotas se produjeron con algunos de los fichajes estrella sin haber aterrizado, y con un plan colectivo aún por definir. El técnico holandés llegó a Manchester después de un excelente rendimiento en el mundial de Brasil al mando de su selección, y desde el primer momento trató de seguir las bases del esquema que llevó a los Países Bajos a alcanzar la medalla de bronce.
En los cuatro primeros partidos oficiales se mantuvo esa base. La idea parecía clara: juntar a Rooney, van Persie y Mata, y que los tres pudieran jugar en sus mejores roles. Este era el pilar que justificaba la decisión, aunque sobre la práctica vimos que en ningún momento la idea del 5-3-2 cuajó.
En la primera jornada, frente al Swansea, las sensaciones positivas fueron a parar del lado de la presión inicial. El equipo se situaba sin balón bastante junto a buena altura, y durante el primer tiempo el conjunto galés salió sin demasiada continuidad a campo rival, porque no conseguía que Sigurdsson, su mediapunta, recogiese el cuero en la espalda de Fletcher y Ander Herrera. Pero más allá de eso -cuestión que se rompió a partir del 0-1-, el equipo ofreció poco. Los hombres de banda -Lingaard/Januzaj y Young- quedaban demasiado alejados de los centrocampistas, y los diablos rojos no conseguían juntar gente para progresar en bloque hasta la meta rival.
En la segunda jornada, contra el Sunderland, ese problema se acrecentó, porque Ander Herrera, el futbolista que mejor entendió el día inaugural como acercar la pelota a Mata y a Rooney, era baja. Fletcher y Cleverley naufragaron en esa función, y en los costados, esta vez, se evidenció un problema que dado el tipo de defensa -un 4-5-1 compacto- que hacía el rival, embotelló al Manchester United: Valencia y Young apenas hacían movimientos verticales, y eso sumado a los continuos movimientos de apoyo de Mata y Rooney, provocó que la sensación de profundidad fuese nula.
En el partido de Capital One Cup frente al MK Dons, a pesar de que fuesen muchos los suplentes alineados, quedó claro uno de los principales problemas que ha tenido el equipo en este inicio de curso: las pérdidas en la salida de pelota. Van Gaal ha querido iniciar el juego en corto, y la plantilla tiene un déficit importante para que esta propuesta sea efectiva. Tres de los cuatro goles del MK Dons fueron fallos directos en este aspecto.
En la tercera jornada, frente al Burnley, hubo un cambio importante, y fue la entrada en el once de Ángel Di María. Eso varió la estructura en medio campo, que pasó de ser de 2+1 (dos pivotes y Mata por delante) a 1+2 (un pivote -Fletcher- y dos interiores -Mata y Di María-). El Manchester United mantuvo los problemas en la salida de pelota, y lo más positivo del choque fue la energía de Di María, que se fue apagando con el paso de los minutos.
En la jornada 5, contra el QPR, llegó el oasis de la temporada. Van Gaal cambió el sistema, pasó a jugar un 4-4-2 en rombo, e hizo debutar en el once a Rojo, Blind y Rafael. Es cierto que el QPR está siendo uno de los conjuntos más caóticos de la Premier League hasta el momento, pero también lo es que el equipo, en ese partido, dio su mayor sensación de armonía. Daley Blind dio un rendimiento soberbio como pivote, Ander Herrera, ofreciendo apoyos, movimientos más cortos y toques más sencillos, y Di María, abriéndose, conduciendo la pelota y desequilibrando las líneas rivales, se mostraron como una pareja de interiores compatible, mientras que Mata y Rooney funcionaron bien, ya dentro de un partido que se movió en la línea del control a través de posesiones más largas y pausadas.
Pero en la jornada 5, frente al Leicester City, llegó la gran debacle del curso. Fue la derrota más dura porque el equipo llegaba con la sensación de estar encauzando su camino. El único cambio en el once con respecto al partido frente al QPR fue la entrada de Falcao por Mata, que hizo a Rooney retrasar su posición. El comienzo de choque fue, en el plano ofensivo, soberbio. Di María y Falcao dejaron claro que son estrellas a nivel internacional, y la productividad del equipo en base al talento de ambos fue suficiente para que mediada la segunda parte el marcador fuese de 1-3. Sin embargo, el desequilibrio colectivo y la falta de calidad en la línea defensiva acabaron poniendo el durísimo 5-3 final. Por un lado, Pearson calcó el diamante de van Gaal, situando a Nugent encima de Blind, y utilizó a dos puntas -Ulloa y Vardy- en lugar de los extremos habituales. Vardy se coló como cuchillo en mantequilla en el sector de Rojo y Blackett, y lo que debería de haber sido un día para refrendar sensaciones, acabó volviéndose un mar de dudas.
Valoraciones generales
El principal tema de debate está en la línea defensiva. En primer lugar, el gran problema que evidenció el equipo en ese tramo inicial -es decir, hasta el cambio de esquema-, fue una salida de pelota deficiente. Evans, Jones, Smalling y Blackett no han demostrado ser un recurso para que ese inicio en corto aporte más soluciones que problemas. Sin embargo, esta carencia se ha visto en parte resuelta a partir del paso al 4-4-2 -y eso que aún falta Shaw, un lateral que sumará en este sentido-. Es cierto que la pareja de centrales sigue siendo Evans-Blackett, pero la figura de Blind -sobre todo lo vimos frente al QPR- aclara el panorama. Puede acercarse y ser protagonista del primer pase, quedando en ocasiones detrás de los dos centrales, y el futbolista holandés sí tiene sentido y un buen primer toque para ser productivo ahí. El otro activo que ha sumado en este sentido es Rafael. Su capacidad técnica ayuda a no perderla en la fase de salida. Sin embargo, la calidad individual de la defensa es lo que está, con toda lógica, en entredicho. Rojo fue excesivamente permisivo contra el Leicester City, y eso, si no tienes a un corrector de primer nivel, puede acabar en desastre. Blackett no solo no lo fue, si no que además midió mal su posición y sus acciones. El Manchester United no tiene el suficiente equilibrio con balón como para poder permitirse exponer con tanta frecuencia a su línea defensiva.
Ese equilibrio con balón abre el siguiente punto de debate: la suplencia de Mata. El burgalés salió del Chelsea debido a un papel secundario -justificado por el tipo de juego que propone Jose Mourinho, más vertical y reactivo- y buscó acomodo en un indefinido Manchester United de David Moyes. Si bien es cierto que esa salida de Londres tenía concordancia con las prestaciones del futbolista, no parece demasiado lógico que Mata no tenga un rol más importante en este proyecto de van Gaal. Siendo uno de los interiores Ángel Di María -que es, sin duda, brillante para crear desequilibrio en el rival-, su presencia supone inevitablemente un riesgo, porque su tipo de juego -regates, conducciones, dinamismo, nula pausa- hace que exista más posibilidad de perder la pelota. Si van Gaal decide terminar de armar el equipo con Rooney-van Persie-Falcao, quienes, por mucho que el inglés sea un genio yendo a los apoyos, son delanteros, esa electricidad y movimientos verticales para acabar finalizando jugadas lo más cerca del área rival se van a acrecentar. La figura de Mata podría anestesiar los ataques, dar algo más de control y encajar perfectamente con las otras dos líneas de pase menos arriesgados que ya están asentadas: la que ofrece Blind en una altura, y Ander Herrera en una posterior. Desde luego, no debe de ser fácil para van Gaal otorgar a van Persie un rol secundario, pero quizá sea lo que más encaje con la situación actual.
Estos son, quizá, los dos grandes temas de debate en este momento. La falta de calidad defensiva individual es algo que a día de hoy no se puede resolver, y veremos si con minutos, Smalling y Phil Jones, dos futbolistas fichados en su día por Alex Ferguson para completar plantilla y preparar el futuro, acaban dando el paso adelante necesario. Si no, la opción será acudir al mercado invernal, pero mientras sucede una cosa u otra, la gran prueba para van Gaal será lograr un equilibrio que permita atacar igual de bien que las dos últimas jornadas, sin exponer tanto a su débil línea defensiva.
hola tengo unas preguntas por hacerte
ResponderEliminar1 - no piensas que el manchester tiene un equipo bastante descompensado?
2 - yo creo siempre que si un equipo quiere ser ganador tiene de empezar creando el equipo desde los cimientos , lo que vendria a ser una defensa y mediocentro top , y no jugadores normales como rojo,blind etc...
3 - se ha cargado de jugadores ofensivos y a precio de oro como falcao por 60 kilos teniendo a ronney y van persie , tu crres que le hacia falta este jugador tiendo a estos dos de titular mas welbeck , yo te digo que no . que opinas?
4 - no piensas que a partir de hora uno de los 3 delanteros top que tiene en la plantilla podria ser suplente , para dar entrada al 11 titular a mata o fletcher y dar mejor empaque y mejor equilibrio defensivo al equipo en transiciones defensivas?
Lo tiene, es una evidencia.
EliminarBueno, en realidad, al final, todo es importante, si hablamos de un equipo élite mundial. Está claro que al ManUtd le faltan piezas de nivel en defensa, es indiscutible.
Creo que Falcao es mejor delantero que van Persie y Rooney, y era una buena oportunidad. Pero también es cierto que parecía más importante reforzar, sobre todo, la línea defensiva.
Como expongo en el texto, a mi me parece que Mata puede resultar más útil que van Persie.