Había sido uno de los temas más recurrentes en los días previos al partido contra el Aston Villa: Mesut Özil vivía la que estaba siendo, probablemente, su peor semana como futbolista del Arsenal. Cuestionado por su escasa participación en los últimos choques, la derrota frente al Borussia Dortmund dinamitó las críticas. El 4-3-3 de Arsène Wenger le estaba obligando a partir, generalmente, de banda izquierda -aunque había intercambiado bastante la posición con Alexis apareciendo por derecha-, y el hecho de tener que estar pegado a una banda estaba siendo, para analistas y críticos, la principal causa de su pobre rendimiento. El alemán había marcado 1 gol en sus últimos 17 partidos de Premier League, y dado 1 asistencia en los últimos 11. Sin embargo, frente al Aston Villa vimos a un Özil más suelto, más participativo, y más determinante -gol y asistencia-.
La idea de Wenger en este inicio de curso está siendo la de organizar al equipo en un 4-3-3, y frente al Aston Villa se mantuvo, pero con una serie de movimientos que equilibraron a un Özil que gozó de muchísima libertad, y que jugó su mejor partido en lo que llevamos de temporada. Arteta siguió asumiendo su rol de pivote, mientras que Ramsey jugó como interior derecho, algo más sujeto. Cazorla jugó como interior izquierdo, con total libertad para juntarse a los dos de dentro en los ataques organizados, aunque con la responsabilidad para vigilar el carril exterior izquierdo. Oxlade-Chamberlain fue el extremo derecho, con Özil partiendo de su posición en izquierda pero totalmente suelto y Welbeck como 9.
La alineación tenía muchos factores que ofrecían a Özil la posibilidad de buscar posiciones interiores -y no solo en los ataques posicionales-. Empezando desde abajo, por la naturaleza de sus laterales. Cuando Debuchy es el lateral derecho, su estilo le pide ser profundo desde aquel sector. Sin embargo, si es Chambers, Gibbs puede ocupar el carril izquierdo, teniendo mucha altura, porque Chambers puede actuar como tercer central ante una posible pérdida. Por otro lado, las figuras de Welbeck y Cazorla, que dependiendo de la fase del juego y de la posición del alemán, se balanceaban hacia la banda izquierda para equilibrar el sistema.
Uno de los grandes problemas que estaba encontrando Özil en esa posición escorada era serle útil al equipo en una de sus grandes virtudes: como lanzador de contragolpes. Es cierto que en el ataque organizado podía venirse dentro sin problema, pero el 4-3-3 más rígido visto hasta el momento le obligaba a vigilar la izquierda, y ese retorno le alejaba del carril central, donde podía recibir y dar el ultimo pase. Frente al Aston Villa esas situaciones se vieron con mayor frecuencia, e incluso, como ocurrió en el 0-1, le dio la posibilidad de atacar el espacio y finalizar él. El trabajo del interior izquierdo puede resultar decisivo en este aspecto, y está por ver si Cazorla es el perfil adecuado en días más exigentes (el Aston Villa no exigió demasiado en aquel sector). La sensación es que Wenger pretende que Wilshere sea quien ocupe ese rol, un futbolista con el suficiente dinamismo y agresividad para sumar en ese sentido, sin perder la máxima que está buscando con ese 1+2 en medio campo: varias alturas y agilidad por dentro para mantener el nivel asociativo. El segundo nombre importante en la libertad de Özil y el equilibrio del sistema fue Welbeck.
Vimos a un Welbeck que ocupaba en muchas fases del ataque posicional la zona izquierda, lugar al que acudió con mucha más regularidad que al perfil opuesto. Eso permitía a Özil la libertad de buscar recepciones en el carril interior, con la posibilidad de que una pérdida suponía que entre él y Cazorla podrían mantener el sistema equilibrado al no permitir la progresión rival en izquierda, dejando a Özil la posibilidad de recibir por dentro y lanzar un contragolpe en caso de una recuperación.
En líneas generales, la idea funcionó bastante bien, sobre todo para Özil, porque estuvo mucho más participativo, y sobre todo se consiguió en base a mantener la idea de tres hombres interiores que ayuden en el circuito de pases, y que está siendo, hasta el momento, el pilar básico de la propuesta de Wenger en los últimos tiempos. La gran pregunta será si ese equilibrio entre prestación ofensiva y rendimiento defensivo se mantiene en días más exigentes, pero la sensación de que el técnico francés está desarrollando un buen trabajo táctico para conseguirlo se ha visto con claridad en el choque frente al Aston Villa, que acabó con victoria (0-3) para el Arsenal.
Soñar con un Özil a su nivel e implicado en el equipo es gratis. Yo también sueño con ello jeje. Magnífica lectura del partido. ¡Eres un crack!
ResponderEliminarSí Wenger consigue tenerle activo y a su mejor nivel, estamos hablando de contar con un jugador que marca las diferencias de forma muy bestia. A ver si lo consigue.
EliminarSaludos.