domingo, 15 de junio de 2014

El baile charrúa de Joel

Joel Campbell, el hombre de la jornada (Foto: aldia.cr)

El sorteo parecía no darle oportunidad alguna a Costa Rica. Nada menos que tres campeonas del mundo que, dadas las circunstancias, se iban a jugar la vida en los enfrentamientos directos ante los ticos. Y llegó la primera gran sorpresa del Mundial. El combinado entrenado por Jorge Luis Pinto puso en jaque a Uruguay, bicampeona del torneo y semifinalista de la última cita, y acabó venciendo por 3-1. El comienzo del partido, no obstante, no presagiaba lo vivido en el segundo acto. Es cierto que las pobres soluciones de la selección uruguaya en los ataques posicionales no llegaban a inquietar demasiado la meta de Keylor Navas. Sin Suárez, Gastón Ramírez o Nico Lodeiro, el conjunto dirigido por Tabárez carecía de agilidad e ideas para penetrar en la defensa de cinco diseñada por Pinto. Sin embargo, Lugano, que no atraviesa su mejor momento, pero ha vivido tantos que sabe perfectamente qué cara poner en cada uno de los que le queden vestido de corto, dejó claro que le habían hecho penalti. El  0-1 de Cavani ponía las cosas en su sitio y las cábalas seguían su curso: Inglaterra, Italia o Uruguay, ¿quién se iba a quedar fuera?

Pero en esas apareció Joel Campbell. Wenger le puso en un avión rumbo a Londres en el verano de 2011, y tras no haber podido reglar su permiso de trabajo para disputar la Premier League, se ha ido curtiendo en variopintas cesiones. Al mundial ha llegado un futbolista más maduro, y su enorme talento hizo el resto en el partido inaugural. En el primer tiempo ganó apoyos, puso la caña y los centrales uruguayos picaron una y otra vez, regateó, disparó e inquietó. A Costa Rica le faltó profundidad, pero Campbell estaba caliente. En el segundo tiempo los ticos lograron ese punto de agresión que les faltaba, y con el 1-1 de Campbell y el certero golpe de Duarte para el 2-1, terminaron de creer en sus opciones. El 3-1, tras genialidad del hombre del partido, certificó el varapalo charrúa. Costa Rica se ordenó bastante bien atrás -aunque hay que matizar esa incapacidad uruguaya para intimidar-, encontró en Tejeda-Borges un doble pivote preparadísimo para soltar pases hacia campo rival, con buena dirección, precisión y tensión, se apoyó en Gamboa, el hombre de banda derecha, para lograr la profundidad que por momentos faltó en el primer acto, y terminó de encomendarse a su gran joya, Joel Campbell, para ganar el partido. No son los mejores, pero tienen buenos recursos, y han saltado la primera valla: ya se lo creen. 

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