20 años en el área: Bergkamp

Bergkamp, en su despedida

                        Cuando hablé de Romario, decía que si en lugar de ese instinto asesino para finalizar, se hubiese instalado en su cerebro la diversión que supone asistir, hubiese podido ser un mediapunta superclase. Bergkamp era un delantero, que jugaba bien dentro del área, como un delantero, hacía goles, como un delantero, pero que con sus controles, regates, pausa y categoría, parecía un mediapunta del área. 

                        Bergkamp y elegancia son dos términos que van unidos. Es díficil oír hablar de él y que al final, esas dos palabras, no terminen por adherirse como el velcro. En el 94, el vuelo que llevaba a la selección holandesa al mundial de Estados Unidos, sufrió un retraso por amenaza de bomba. Ya en el aire el avión tuvo problemas y llegó a estar durante algunos segundos en caída libre. Bergkamp era ya reacio a montar en avión, pero aquello fue determinante para detestar los vuelos. La anécdota la conocemos casi todos, pero quería hacer mención a ella, puesto que aun así, Bruce Rioch, técnico del Arsenal en el 95, le quiso fichar por todos los medios, y llegó a Highbury por algo más de 11 millones de euros, procedente del Inter de Milán, con un contrato en el que se le permitiría viajar por tierra y por su propia cuenta, a los partidos fuera de casa.

                       Bergkamp fue todo un símbolo para los gunners, tuvo una carrera exitosa con tres ligas y logros en FA Cup y Community Shield, y sin duda será recordado por su talento, estilo y categoría. Uno de los delanteros con más clase de la historia, para mi sin duda.