Rafal Wolski: El último diamante de Florencia

Rafal Wolski

Podemos poner como punto de partida de la etapa reciente de la Fiorentina el verano de 2004. El club acababa de regresar a la Serie A después de una difícil época que comenzó con el arresto del presidente Vittorio Cecchi Gori en el verano de 2001, y continuó, 9 meses después, con el descenso de la entidad a la Serie B. Lo que había comenzado con un escándalo en la figura de su presidente terminó siendo un caos económico para el club, que no pudo inscribirse en la Serie B la temporada siguiente y tuvo que acometer, de la mano del alcalde de la ciudad por aquel entonces, Leonardo Domenici, una dolorosa refundación. Los hermanos Della Valle acudieron al rescate y obraron el milagro de, dos años después, devolver a la Fiorentina a la máxima categoría. 

Después de una primera temporada donde el objetivo prioritario estuvo en mantener la categoría, en el verano de 2005 se establecieron las bases de un futuro reciente en el que el club toscano volvería a ser protagonista en el fútbol italiano. Andrea Della Valle fichaba a Cesare Prandelli, y de su mano la Fiorentina regresó a competiciones europeas y a codearse con los equipos más importantes del país. A la par que Cesare Prandelli llegaría al club un hombre que también hizo un trabajo decisivo, y que quizá ha estado más a la sombra de lo que realmente mereció: Pantaleo Corvino.

Corvino (derecha) presentando a Stevan Jovetic (foto: nove.firenze.it)

Corvino llegó a Florencia procedente de Lecce, donde, desde 1998, venía haciendo un fantástico trabajo. De su mano llegaron al club sureño Bojinov o Vucinic, y en Florencia contribuyó con los fichajes de Frey, Montolivo, Gilardino o Mutu, aunque sobre todo destacó por poner el ojo y acertar con jugadores de perfil muy desconocido como Nastasic, Ljajic, y sobre todo, Stevan Jovetic. En el club toscano permaneció desde 2005 hasta que los Della Valle, con la temporada 2011-2012 llegando a su fin, le comunicaron que no iban a renovar su contrato. Fue entonces cuando se produjo una remodelación en el organigrama, y Daniele Pradè, con gran experiencia en la Roma, llegó para ocupar el puesto de Corvino. La política de fichajes parecía cambiar, y aunque la Fiorentina siempre ha intentado firmar futbolistas del máximo nivel posible, el verano de 2013 se construyó un bloque en masa para competir desde el minuto 1. Gonzalo Rodríguez, Pizarro, Borja Valero, Matías Fernández, etc. Es decir, futbolistas contrastados que debían ofrecer rendimiento desde el primer instante. La temporada anterior el club había coqueteado con el descenso, y no había margen para formar futbolistas. Sin embargo, existía un nexo de unión entre Corvino y Pradè: el español Eduardo Macía, que había trabajado con Rafa Benítez en Valencia y Liverpool y que compartió despacho con Corvino en la temporada 2011/2012, teniendo acceso a los informes que el equipo de scout del anterior director deportivo había elaborado para la entidad. Unos ecos que acabarían llevando a apostar en enero de 2013 por un jugador que casaba con los perfiles de Jovetic o Ljajic: el polaco Rafal Wolski.

Wolski llegó, eso sí, en un momento en el que la Fiorentina reconducía su camino, encontraba la forma de ganar gracias a la propuesta de Vincenzo Montella y obtener minutos estaba -y está- realmente caro. 2,2 millones pagó el club toscano por él al Legia de Varsovia (más 500.000€ en bonus), donde el futbolista ya había jugado de forma habitual en el segundo tramo de la temporada 2011/2012, lo que incluso le valió para debutar con la selección absoluta polaca en varios amistosos de preparación previos a la Eurocopa de 2012 que iba a disputarse en Ucrania y Polonia. Smuda, el seleccionador que le dio la oportunidad de debutar con la selección absoluta con solo 19 años, dijo que "aunque había tenido un poco de miedo escénico en su debut, era un gran talento para el futuro". Wolski debutó con la selección en un amistoso frente a Letonia, jugando como mediapunta en un 4-2-3-1, por detrás de Pawel Brozek. El fenomenal talento del futbolista resultó suficiente para que fuese una apuesta de futuro en la Fiorentina, club que en los tiempos recientes ha demostrado tener un gran tacto en sus inversiones en jóvenes futbolistas. 

Datos Wolski -actualizados a 10/02/2014- (fuente: soccerassociation.com)

Wolski se trata de un mediapunta, es su posición más natural, aunque puede adaptarse a ser uno de los interiores que siempre utiliza Montella, y también como extremo en el 4-3-3, o como segundo punta en el 3-5-2. El hecho de que Montella no utilice prácticamente nunca la figura de enganche más clásico no supone en absoluto un problema en términos de adaptación colectiva, y esto es consecuencia de sus características. La mejor noticia para Wolski con respecto a su aclimatación a la Fiorentina de Montella es, simplemente, su forma de jugar. Hablamos de un futbolista con un nivel técnico altísimo, capaz de evitar pérdidas gracias a su fenomenal primer toque, controles y capacidad asociativa. Estas cualidades le permiten encajar bien en la propuesta del técnico napolitano, siempre enfocada a guardar el balón. Wolski no es un futbolista rápido en términos de velocidad, pero es capaz de superar rivales en el uno contra uno gracias a su buen giro de cadera e imaginación. Las aptitudes del jugador polaco casan perfectamente con la demanda viola en campo rival, y si no ha tenido más oportunidades, puede haber tenido que ver ese carácter algo tímido del que hablaba Smuda, que sumado al hecho de existir una brutal competencia en la zona de ataque de la Fiorentina, suponen un gran problema para que Wolski tenga minutos de manera habitual. Ha empezado 2014, eso sí, de manera ilusionante y aprovechando sus oportunidades. Jugó bastante bien en el partido de cuartos de final de Coppa frente al Chievo, y el pasado fin de semana marcó un fantástico gol -su primero con la Fiorentina- para cerrar la victoria contra Atalanta. Veremos hasta dónde le deja llegar su carácter y su esfuerzo por ganarse un puesto, porque desde luego, las condiciones, son de futbolista para marcar diferencias.